¿PUEDE UN HIJO SEGUIR PIDIENDO ALIMENTOS AUNQUE SEA MAYOR DE EDAD Y PUEDA TRABAJAR?

06 Feb ¿PUEDE UN HIJO SEGUIR PIDIENDO ALIMENTOS AUNQUE SEA MAYOR DE EDAD Y PUEDA TRABAJAR?

Sí que puede.

1) En primer lugar veamos lo que se entiende legalmente por alimentos: todo lo que es indispensable para el sustento, habitación, vestido y asistencia médica.

Los alimentos comprenden también la educación e instrucción mientras sea menor de edad el alimentista y aún después cuando no haya terminado su formación por causa que no le sea imputable.

Entre los alimentos se incluirán los gastos de embarazo y parto, en cuanto no estén cubiertos de otro modo.

2) Veamos también cuándo acaba la obligación de dar alimentos:

– Cuando el alimentista, en este caso el hijo mayor de edad, pueda ejercer un oficio, profesión o industria, o haya adquirido un destino o mejorado de fortuna, de suerte que no le sea necesaria la pensión alimenticia para su subsistencia.

– Cuando el alimentista sea descendiente del obligado a dar alimentos, y la necesidad de aquél provenga de mala conducta o de falta de aplicación al trabajo, mientras subsista esta causa.

3) Veamos finalmente la interpretación de la Ley que hacen los Tribunales superiores en España a día de hoy:

A las solicitudes de los padres de dejar de pagar alimentos en los casos que nos ocupan se contrapone la realidad social española que evidencia la situación de desempleo generalizado de los jóvenes, incluso con  formación académica o laboral…, y ello porque el Tribunal Supremo entiende que según el artículo 3 del Código Civil las normas se interpretarán en relación con el contexto, los antecedentes históricos y legislativos y la realidad social del tiempo en que han de ser aplicadas atendiendo fundamentalmente al espíritu y finalidad de aquéllas.

Por ello hay numerosos casos en los que el Tribunal Supremo y los tribunales y juzgados inferiores dan la razón al hijo mayor de edad, aunque se alegue por parte de los padres que no existe obstáculo para que el hijo mayor de edad se inserte en el mundo laboral. E incluso esto es así en casos en que el hijo haya mostrado un claro abandono de su estudios durante un tiempo y en casos en que aparentemente no tenía necesidad de alimentos, al residir en la vivienda de su abuela materna, por ejemplo.

En resumen salvo casos muy flagrantes, es difícil probar la falta de diligencia del hijo en la búsqueda de trabajo  y en una gran cantidad de casos resulta fácil al hijo evidenciar el intento de completar su formación.